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ENTREVISTAS

D. José María Herranz Martín.
Director-editor de Gaceta Dental
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¿Cómo fueron sus inicios profesionales y qué le llevó a dirigir una publicación como Gaceta Dental?

Mi formación profesional es técnico en Artes Gráficas y desarrollé mis conocimientos y experiencia en ABC, pasando posteriormente, como director técnico, al Grupo 16. Después, estuve en UNEDISA, también como director técnico, y en alguna otra editorial, por lo que el mundo de la edición, y sobre todo el de la producción, me eran bastante familiares. Creamos una empresa de producción, contando con el bagaje y la experiencia profesional de todos estos años, y en ese momento nos ofrecieron la posibilidad de adquirir la cabecera de Gaceta Dental, porque el fundador de la revista había fallecido. Nos gustó el proyecto, entramos con mucha ilusión y nos encontramos en un sector apasionante, como todos con sus luces y sus sombras.

Pero, lo que en realidad nos fascinó fueron las grandes posibilidades que puede ofrecer a las personas que sufren algún problema bucodental, en cuanto a restauración y mejora de su calidad de vida. Desde entonces —hablamos del año 1996— la revista, como es lógico, ha evolucionado y nosotros nos hemos esforzado en conocer el sector lo más profundamente posible desarrollando nuestra vocación de ser útiles.

Partiendo de su actual conocimiento del sector dental, ¿cómo lo describiría? ¿Cuáles cree que son sus rasgos más distintivos?

En primer lugar, creo que es un sector con mucha vitalidad y que evoluciona a una velocidad muy rápida, desde el punto de vista científico y de investigación. A lo largo de estos ocho años hemos podido contemplar cómo han avanzado las técnicas y los tratamientos. La implantología se ha hecho más popular, es cada vez una práctica más habitual y más demandada por los pacientes. Los materiales que se están empleando también son cada vez mejores, así como el instrumental; los programas informáticos, como herramienta de estudio y diagnóstico y, sobre todo, el TAC de la masa ósea también se han desarrollado en gran medida y en general su evolución ha sido rapidísima.

También el Plasma Enriquecido en Factores de Crecimiento se muestra como un gran avance que acelera la cicatrización y ayuda a que el hueso se consolide antes.

Desde el punto de vista industrial y económico, también se ha producido una enorme evolución. Y creo que todo ese desarrollo es vital para el sector, aunque tiene sus puntos oscuros, puesto que el aumento de la plétora está, de alguna manera, dificultando que sea tan próspero como lo ha sido en años anteriores. Sin embargo, hay que ser positivos, porque todavía queda mucho por lo que luchar. Por ejemplo, para conseguir una mayor frecuencia en las visitas al dentista por parte de la sociedad española, ya que los porcentajes que se manejan todavía en este sentido son muy bajos.

Además del problema de la plétora, que acaba de mencionar, ¿a qué otras dificultades se enfrenta el sector, y en cuáles necesitaría centrarse o buscar una vía de diálogo?

Yo siempre he lamentado mucho las diferencias entre odontoestomatólogos y protésicos, porque creo profundamente que ambas profesiones se complementan y se necesitan. En el fondo, lo que subyace es un problema económico claro, y en este sentido Gaceta Dental ha promovido foros para intentar un acercamiento.

Personalmente, pienso que se puede llegar a un diálogo, porque hay bastantes puntos en los que estos colectivos podrían avanzar juntos. Por supuesto que hará falta tiempo y generosidad por ambas partes para poder llegar a un entendimiento. A mí me gustaría que se produjera,
porque tampoco creo que un enfrentamiento constante contribuya a solucionar ninguna de las diferentes problemáticas a que se enfrentan y de alguna manera pueden repercutir en la salud bucodental de la población. Quizá el Ministerio de Sanidad podría aclarar algunos aspectos que son susceptibles de una doble interpretación entre el Real Decreto 414/96 y la Ley del Medicamento, porque estas normativas parece que en algunos puntos se entrecruzan e incluso que van una en contra de otra. Ese es un tema que a mi me preocupa y en el que creo que nadie resulta beneficiado.

Con respecto a este problema. ¿cuál es la postura de Gaceta Dental?

Gaceta Dental adopta una actitud conciliadora. No somos quienes para juzgar a ninguna de las partes, así que nos mantenemos neutrales y con la voluntad de ayudar en lo que podamos.

¿Se puede decir que Gaceta Dental es un foro abierto a la participación de todo el sector?

Siempre hemos pretendido reflejar el sentir de nuestros lectores, porque Gaceta Dental se hace pensando en ser de utilidad a todos. Pero en determinadas ocasiones nos hemos encontrado con que las páginas de la revista se han utilizado, por parte de algunos profesionales, para verter descalificaciones e insultos personales que hubo que frenar, porque esta actitud no conducía a nada positivo y, de todas maneras, nos parecía un abuso que se utilizara la publicación como plataforma para el enfrentamiento.

Cuéntenos cómo ha evolucionado la revista bajo su dirección

Hemos tratado de que nuestra evolución se produjera al ritmo más adecuado para evitar confundir a nuestros suscriptores y, con esta voluntad de servicio, hemos intentado siempre ser de utilidad para el sector.

Trabajamos todos los días con la mayor ilusión para ofrecer cada vez una información más completa, tanto de las instituciones colegiales como de las sociedades científicas y del mundo empresarial actual. Le damos una gran importancia a estas informaciones de actualidad porque creo que son útiles para valorar el pulso del sector, apoyan la investigación y el desarrollo de la economía, contribuyendo a potenciar la organización de congresos y cursos, los cuales son indispensables para la promover la formación continuada de los profesionales.

¿Cómo son las relaciones de Gaceta Dental con los representantes de los diferentes colectivos: asociaciones científicas, colegios profesionales, etc.?

Afortunadamente son magníficas. Debo decir que estamos muy satisfechos por esta buena relación con las instituciones colegiales, las universidades, las sociedades científicas, y por supuesto la industria, por la confianza que depositan en nosotros y el trato que nos deparan, fruto de una cooperación leal, donde priman los afectos sobre los intereses.

Desde su punto de vista de informador, ¿cómo valoraría la evolución que está protagonizando la profesión de higienista dental?

Efectivamente, estoy convencido de que, en el ámbito de la salud dental, los higienistas juegan un rol fundamental, ya que una higiene bucodental correcta es imprescindible para mantener una dentadura sana. Además, su asesoramiento es importantísimo pues, con sus consejos, fomentan entre la población el mantenimiento, de unas costumbres que permiten mantener esa integridad de salud en la boca, que es puerta de muchas enfermedades.

Todos sabemos que han superado muchas dificultades hasta la constitución de su primer colegio profesional, el cual acaba de celebrar su primer aniversario.

Creo que la organización avanza muy rápida y serán de gran importancia en el futuro, sobre todo en ese aspecto de contribuir a la formación de los pacientes y de animar a todo el mundo a mantener una correcta higiene bucal desde la infancia.

¿Considera importante que los profesionales de la higiene bucodental se colegien y se asocien?

A mí me parece que es la única posibilidad que tienen para que la profesión avance. Las personas que han conseguido poner en marcha el Colegio y la Federación son profesionales muy generosos que dedican su tiempo libre e incluso sus intereses a trabajar en favor de la colectividad y por ello merecen que todo el mundo les apoye. ¿Y qué mejor forma de apoyarles que entrar a formar parte de la asociación y aportar lo que cada uno pueda para la evolución de la profesión de higienista dental?

¿Cree que la profesión de higienista dental está suficientemente valorada dentro de la Odontología?

Como en todas las profesiones relativamente recientes, aunque lleven mucho tiempo ejerciéndose, alcanzar el reconocimiento merecido será una labor ardua y que dependerá mucho del nivel de formación, del saber hacer y de lo prácticos que resulten en las clínicas dentales. No nos olvidemos que en donde ellos actúen, tienen que dejar constancia de su buen hacer y de la rentabilidad que aportan.

Por ese motivo, la formación continuada es fundamental...

Todos los colectivos, tanto el de odontólogos como el de protésicos o el de higienistas dentales, tienen como meta la mejora de la calidad de vida de las personas, tanto a nivel preventivo como si se encuentran afectadas por problemas bucodentales y la formación es la única manera de, por un lado, ser cada vez más útiles y, por otro, tener una mayor influencia dentro del sector y conseguir un mayor reconocimiento.

Por último, y con respecto a la Administración, yo pediría que, así como en algunas regiones se ha apoyado el PADI —por ejemplo, el País Vasco o en Murcia—, consiguiéndose unos resultados espectaculares, se ampliaran estos programas a la tercera edad.

En el siglo XXI me parece inaceptable, desde el punto de vista social, que todavía haya personas que no puedan costearse una prótesis que les permita mantener una adecuada calidad de vida desde el punto de vista estético y de salud. Se que es costoso, que requiere una importante inversión económica, pero creo que merecería la pena contribuir de esta manera al bienestar de nuestros mayores.

¿Qué se puede hacer para luchar por estos objetivos?

Cuando se habla de los PADI, parece que la aportación económica que hace el gobierno es insuficiente, pero a mi juicio, también abre la puerta a esa figura que ahora mismo no está consolidada y que sería el odontólogo de familia. Con su creación, yo creo que se podrían compensar estas deficiencias. Si la Administración aporta los recursos necesarios y los odontólogos se muestran generosos con respecto a las aportaciones que deberán recibir, abrirán las puertas para otros tratamientos en el seno familiar.

A mí me parece que esto es suficientemente importante en un momento en el que también la estética cuenta mucho ya que cualquier paciente que tenga un problema bucodental, ¿a qué profesional acude? ¿Cómo lo busca? ¿Con qué criterios? Sin embargo, cuando ya se tiene ese profesional de confianza, que atiende a toda la familia, siempre se recurrirá a él cuando se produzca un problema de salud bucodental o estético. Y en cuanto a la tercera edad ocurriría lo mismo. La Administración debería hacer efectiva su aportación y, por parte de los odontólogos, siguiendo ese criterio de los dentistas de familia, deberían mostrarse generosos con sus exigencias y con su tiempo, para conseguir que no haya ninguna persona mayor sin prótesis.