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OCIO




COMO LLEGAR

Tomaremos como partida la Nacional I hasta el Km. 104 Salida Riaza donde nos desviaremos por la N-110 hasta llegar a Ayllón donde cogeremos la C-114, en dirección Francos, Estebanvela, Santibáñez de Ayllón, Grado del Pico y llegando al desvió de Villacadima CM-1006, que nos llevara hasta Cantalojas.

EL HAYEDO

Cuando en otoño se produce la caída de las hojas, es cuando el hayedo se convierte en un escenario mágico. Se convierte en un bosque encantado con multitud de colores. El momento en que ocurre este fenómeno es variable. Si la temperatura es moderada, se retrasa; si es fría se adelanta. El Hayedo de Tejera Negra muestra de forma espectacular esta sinfonía de luces, escenarios y colores que determinan las hayas, árboles que eran considerados sagrados en la antigüedad mediterránea.

El nombre de este hayedo hace pensar en un gran bosque de tejos y sin embargo, éstos, estando presentes, se encuentran bastante dispersos y se cuentan como ejemplares aislados. En realidad Tejera Negra es un bosque de hayas, quizá el mejor bosque de hayas de las sierras del Sistema Central. Las hayas son árboles que abundan al norte de España y Europa, y llegaron aquí con la última glaciación, cuando el clima de toda la península Ibérica era como el de los actuales países del norte de Europa. Por tanto hay que ver estos lugares como auténticos vestigios del pasado. Eso los hace ser extremadamente frágiles. Pero el clima fue retirando esta especie hacia el Norte. Las condiciones de vida que se han desarrollado en las zonas Centro y Sur, han sido aprovechadas por otras especies, como el roble melojo para desplazar al haya. Así, actualmente los hayedos han sido reducidos a unos pocos lugares más abajo de la Cordillera Cantábrica y los Pirineos, en forma de pequeños bosques. Otro hayedo, el de Montejo de la Sierra, en Madrid, es considerado el más meridional de Europa. Y cerca de éste, en el macizo de Ayllón, en Guadalajara, se encuentra la joya a la que nos referimos: el hayedo de Tejera Negra, el cual fue declarado Parque Natural por su gran singularidad.

El Parque cuenta con numerosos habitats , siendo los mas altos los mas pobres faunísticamente. Pueblan esta zona: lagartijas, lagartos, verdinegros, chovas piquirrojas, vencejos comunes y buitres leonados.En las zonas boscosas podemos encontrar un mayor número de especies. De aves: garrapino, carbonero común, mito, herrerillo común, pinzon vulgar, reyezuelo, trepador azul, gavilán, carabo, búho chico etc..Los mamíferos que habitan en este lugar son: lirón
careto, ardilla, comadreja, gato montes, jabalí, corzo y una gran variedad de murciélagos. En las zonas de matorrales viven especialmente perdices , conejos ,liebres y en las praderas se encuentran especies como el topo, mirlo, lavandera, petirrojo...

Por ello, es un bosque protegido en el que hay que solicitar un permiso para visitarlo.

RUTAS

Hay dos itinerarios para recorrer este hayedo, mucho más grande en extensión que el de Montejo de la Sierra. El más recomendable por su menor desnivel y por ser de recorrido circular es la Senda de las Carretas, que además nos lleva por las zonas mejor conservadas.

Comenzamos en Cantalojas recorriendo una pista que empieza en el Centro de Recepción y Oficina de Información del Parque y que termina en el aparcamiento desde donde empezaremos a caminar. Antes que nada, debemos fijarnos en las señales blancas que nos indicarán el camino a seguir. Empezamos por la orilla izquierda del río Lillas, atravesando una bonita pradera que a continuación nos adentrará en zonas boscosas. Aquí tenemos el río a la derecha y un bosque de pinos a la izquierda. Nos podemos fijar en que el brezo es la planta predominante en esta zona, cubriendo en ocasiones parte del sendero. Cuando llevamos andando unos 20 minutos, se puede ver la hilera de montañas que rodean el valle y enfrente, en la ladera, unas construcciones de pizarra que apenas se ven. Unos minutos después llegamos a un desvío en el límite entre el brezo y los árboles en el que un arroyo vierte sus aguas al Lillas.



A continuación giramos a la izquierda, adentrándonos en el hayedo. Es entonces cuando empezamos a ascender hasta llegar al punto más elevado del camino, la pradera de Matarredonda, desde donde tenemos las mejores vistas de la zona. Antes de llegar a ella, hemos dejado atrás la carbonera, formada por pilas de leña cubiertas de hojarasca y tierra. Antiguamente tras una lenta cocción de la leña ésta iba perdiendo su humedad, convirtiéndose en carbón vegetal en un proceso que como término medio duraba diez días.

Desde la pradera, descenderemos por el sendero, hasta llegar de nuevo al aparcamiento. La ruta de recorre en unas 2 o 3 horas, dependiendo del ritmo, y no es excesivamente complicada; pero eso si, hay que tener en cuenta el clima y llevar ropa y calzado adecuado.

ALREDEDORES

Desde luego, es esta una visita imprescindible para los amantes de la naturaleza y el senderismo; además podemos visitar los pequeños pueblos que hay en la zona, pueblos con un encanto especial y que se conservan casi inmutables al paso del tiempo como Valverde de los Arroyos, Galve de Sorbe, Majaelrayo, Campillo de Ranas.... en los cuales podremos disfrutar de alojamientos rurales y saborear las delicias serranas tales como la caza, las setas, los asados y como no de sus ricos frutos silvestres.