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Rescatando una vida


Por Oswaldo José Escalona Angulo. Higienista Dental. Col. Nº: 280824

Guía de alta montaña e Higienista Dental.

Hoy en día nos damos cuenta de lo valiosa que es la naturaleza en nuestras vidas. Tanto así que somos capaces de ascender montañas que pensábamos que ningún hombre alcanzaría, valles vírgenes, selvas tropicales que solo en sueños existirían.

Todas estas cosas, llevan a muchas personas a querer conocer esos sueños, sueños que para unos fueron mortales y para otros una satisfacción de triunfo y alegría.

En este relato voy a contar una de mis mejores experiencias que viví en el pico Humboldt en Mérida Venezuela, como guía y rescatista de alta montaña.

Un grupo de cinco jóvenes de entre 17 y 21 años, salieron de excursión a las cordilleras andinas de esta ciudad. Ascendieron a una altitud de 4.380 m.s.n.m. Llegando a la base de descanso, a pie de la montaña, una zona en la que turistas y alpinistas colocan sus tiendas de campaña para descansar, llamada campo base II, antes del acenso al pico Bolívar.

Este grupo de amigos, sin ningún interés en escalar, se quedaron un día en la base con idea de retornar a la ciudad el día siguiente, pero esto no ocurrió así. Los jóvenes, en contra de lo previsto, decidieron emprender la escalada al pico Humboldt, pensando que era fácil y divertido.

Este pico es característico porque en su glaciar encontramos una diversa cantidad de grietas que, a simple vista, diríamos que no son profundas. Para el grupo de amigos todo era un juego, y gracias al clima que se encontraba calmado y con cielo despejado, pudieron conquistar la cumbre, el pico Humboldt a 4.942 m.s.n.m. Todo esto lo lograron gracias a un cuchillo y unos palos que portaban como único material de alpinismo de alta montaña.


(Pico Humbolt a 4.942 m.s.n.m. en Mérida- Venezuela).


Pero lo peor vino en el momento del descenso. Los cinco jóvenes empezaron a plantearse como llegar a la base solo con unos palos y medio cuchillo, porque la otra mitad la perdieron en el acenso. En ese momento lo importante no era la celebración de haber llegado si no la preocupación de cómo descender y llegar a la base.

A uno de ellos se le ocurrió una idea: coger su mochila y sentarse en ella deslizándose por la nieve y con el palo sirviendo de freno. Todos se pusieron de acuerdo y decidieron seguir a su compañero, convencidos de que, de ese modo, llegarían sanos y salvos.

Desafortunadamente para estos jóvenes no fue así.

Recordaron las grietas que habían observado en el ascenso, pero ya era demasiado tarde, el primero de sus compañeros ya no estaba. Había caído por una de ellas y se encontraba a más de quince metros de profundidad.

Pudieron verlo desde el borde, un paso en falso y se derrumbaría una parte de hielo afectando o matando a su compañero.

Sin equipo para poder rescatarlo, los compañeros le lanzaron todas las chaquetas para que se abrigara lo máximo posible mientras pedían ayuda a los alpinistas que encontraran en la base II.

Desafortunadamente los alpinistas ya habían partido al pico Bolívar.

Pero los amigos estaban decididos a no dejar solo a su compañero ahí arriba.

Uno de ellos fue hasta a la ciudad informando en la oficina central de rescate del parque, a unos 2.200 m.s.n.m., de lo que acababa de suceder en la montaña.

Inmediatamente se organizó un plan de rescate actuando lo más rápido posible.

Tres compañeros y yo, decidimos que lo más eficaz era llegar con el helicóptero y así lo hicimos.

Una vez llegado al campamento base II, nos encontramos con dos jóvenes con quemaduras de 2º grado en brazos y piernas, con hipotermia y fiebre, y nos informaron de que el grupo era de cinco.

Le preguntamos donde estaba el otro chico y nos respondieron que estaba con el compañero que se quedó en la grieta. No imaginábamos de donde saco fuerza este chico para bajar al centro del parque y volver a subir hasta donde estaba su amigo.

Cuando llegamos a la zona de rescate nos dimos cuenta que se encontraban dos personas en la grieta, Mi compañero y yo nos preguntábamos como pudo llegar hasta ahí abajo sin cuerdas, ni guantes, ni ningún material para escalar.

Solo pude pensar, lo importante que era la vida de su amigo para que este chico que fuera capaz de hacer cualquier cosa para salvarle.

Empecé a realizar unos anclajes de sujeción, mientras mis compañeros preparaban la camilla para subir al herido.

Descendí hasta donde se encontraban estos dos jóvenes y viendo la gravedad que presentaba uno de ellos decidí evacuar al más leve primero.

El helicóptero se lo llevó al Hospital.

Pedí a mis compañeros que me enviaran de nuevo la camilla, el joven presentaba múltiples fracturas en todo el lado izquierdo de su cuerpo, desde la cara, con fractura en la mandíbula, brazo, costillas y pierna.

Dada la gravedad tenia para proteger las partes más delicadas de su cuerpo, me preocupaba mucho si el helicóptero llegaría a tiempo para sacarlo, ya que si lo hacíamos nosotros manualmente, podríamos causarle más daño del que ya presentaba.

Desafortunadamente el helicóptero no pudo llegar porque el cambio climatológico y las rachas de viento impedían el rescate y la evacuación del herido.

A eso de las 2:00 am, preparándome para ascender, el chico con un leve susurro me dice que me quede con él.

Haciendo caso a su petición me quede con él, lo único que le oía decir con entrecortadas palabras, era que donde estaba su compañero.

Al día siguiente a las 14:30 pm, procedimos a sacar al chico y llevarlo al hospital.

Una vez allí me preguntaba, ¿cómo pudo un chico con la gravedad que presentaba, pasar dos días y medio en una grieta, aguantar el dolor y sobrevivir a esta dura experiencia en la montaña?

Llegue a la conclusión de que si no fuera por su compañero y por insistir que me quedara, este chico no hubiese sobrevivido.

La conclusión de este relato es la importancia del conocimiento previo del sitio al que se va a escalar o visitar. Para ello siempre debemos contar con profesionales además de tener en cuenta el siguiente equipo mínimo e imprescindible para sobrevivir en caso de accidente:
  • Guía o plano geográfico de la zona que será visitada.
  • Un radio o móvil con aplicación de localización por gps.
  • Mochila con lo imprescindible para la escalada, tienda de campaña.
  • Conocimiento de la zona.
  • Acompañarse de una persona experimentada en escalada.
  • Imprescindible casco, mosquetones, cuerdas, arnés, piole, crampones, botas térmicas, guantes, ropa térmica, calcetines (lo importante es proteger los pies, manos y cabeza y la humedad en las montañas es muy elevada).
  • Los alimentos que vamos a consumir deben ser seleccionados ya que a mayor altitud presentamos más debilidad en el organismo, alimentos ricos en proteínas y carbohidratos, ya que el esfuerzo en una montaña hace que nos debilitemos rápidamente.
  • El agua que vayamos a necesitar.
  • Botiquín de primeros auxilios, (este puede ser supervisado por grupos de rescate o por recomendaciones de especialistas profesionales sanitarios).
  • El equipo no debe superar los 30 kilos, ya que podríamos sufrir lesiones lumbares y deshidratación por exceso de peso y esfuerzo.
  • Es imprescindible tener resistencia física para el ejercicio de la escalada.
Para concluir me gustaría recodar a todas las personas que aprecian la naturaleza tanto como yo, la precaución a la hora de ascender una montaña. Lo importante es regresar sanos y salvos, no como estos jóvenes que por una imprudencia muy grave, arriesgaron sus vidas pudiendo terminar esta historia en tragedia.

Muy a menudo recuerdo a los cinco jóvenes que protagonizan esta historia y en la que yo pude participar.

Afortunadamente, gracias a la colaboración de un gran equipo de rescate y a los cuerpos aéreos todo salió bien.


(zona de rescate de heridos).



( traslado en helicóptero de los heridos).




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