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Redes Sociales
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Somos un gran banco de peces, peces de distintas especies, grandes y pequeños, de colores, tropicales, etc., y vamos nadando juntos por un océano en que todos acabamos cayendo en redes, en las que nos enganchamos y de las que no podemos salir, bien por propia iniciativa o bien porque nos empuja el entorno de amistades, laboral o mediático.
Redes … redes sociales. ¿Quién de nosotros no ha caído en una o varias redes sociales? Es un océano muy profundo que no podemos abarcar en estos pocos párrafos.
Quién no conoce, o no ha usado Facebook, Linkedin, Twitter, YouTube, Tuenti, Instagram, Google+, …… etc. La lista es interminable y en constante cambio y evolución.
Cada una de estas redes parece destinada a un “entorno” determinado, unas son más profesionales, otras más sociales, otras con destinatarios muy concretos, como las redes sociales de música (Soundhound o Spotify), de juegos (HI5), de contactos (Badoo o Meetic), etc. Las redes se han ido adaptando a la diversidad humana y seguirán adaptándose al medio de un modo que no dejara de asombrarnos.
Aun siendo muy diversas las redes sociales tienen algo en común, aparte de su gran virulencia y capacidad de contagio a la raza humana, y es que producen y provocan actos y comportamientos con consecuencias y efectos jurídicos.
Estamos dentro de un mundo en el que cualquier actuación lleva aparejada una consecuencia jurídica, y las redes sociales no son ajenas a esta premisa.
Las redes sociales ofrecen medios de interacción basados en perfiles creados por el propio usuario, ya sea persona física o jurídica. Las redes sociales aportan una variada oportunidad de comunicación, el intercambio on line y de todo tipo de información con inmediatez, por lo que su utilización puede plantear riesgos para la privacidad de sus usuarios y de terceras personas. Los datos personales relativos a las personas son accesibles de forma pública y global, de una manera y volumen sin precedentes, como ejemplo pensemos en los millones de fotografías y vídeos que existen colgados en la red.
Lo anterior conlleva que existan diversas problemáticas jurídicas que afectan a las redes sociales, que podemos listar en las que afectan a protección de los derechos al honor, a la propia imagen, intimidad y privacidad de los usuarios, protección de datos de carácter personal, protección de los consumidores, protección de la propiedad intelectual e industrial, protección de menores e incapaces, protección de los trabajadores, aspectos relativos a la seguridad de la información.
Los comentarios vertidos en la red podrán ser inocuos o implicar consecuencias civiles, administrativas e incluso penales.
Es igualmente importante diferenciar que el usuario de la red social sea una persona física, o lo sea una empresa o su community manager. No es lo mismo que el usuario tenga un alcance a sus treinta amigos o que sus opiniones o comentarios lleguen a trescientas mil personas. Dependiendo de quiénes seamos y qué actividad desarrollemos en la red deberemos adoptar una serie de cautelas legales.
Las redes sociales contienen contratos de adhesión en los que al hacernos usuarios consentimos la cesión de nuestros datos personales que podrían serán comercializados o cedidos a terceros. Por ello es conveniente, aunque realmente es una práctica muy poco habitual, leer las condiciones y saber las consecuencias de aceptar ser miembro de una red social.
El marketing en la red es abrumador hoy en día, todos somos conscientes de ello, y el poder de la red lo tiene el usuario y cliente de la marca. Las estadísticas señalan que más del 90% de comentarios en las redes sociales son positivos, y hay que aprovechar esa ola que puede contribuir a la expansión de una buena reputación de marca.
Como conclusión únicamente recomendar a todos que nos informemos debidamente de las consecuencias de nuestros actos en la red, y que preveamos y seamos cuidadosos con las consecuencias de nuestros actos. Un teclado, smartphone o tablet no nos ampara en la impunidad. La tecnología actual permite la localización e identificación de los usuarios en la red. Por ello, y ante cualquier duda, no dejéis de asesoraros por un experto jurídico en tecnología e internet.
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