CONSTRUYENDO LA PROFESIÓN
Continúa el proceso de creación y desarrollo de
los Colegios Profesionales de Higienistas a lo largo de la geografía
española, proceso que servirá para mejorar el papel
de los higienistas en la sociedad.
La doble vertiente, -pública y privada-, que tienen los
Colegios les habilita para colaborar con la Administración
en el desarrollo de las políticas sanitarias, con plena
eficacia, así como para convertirse en el ámbito
privado, en los mejores “prestadores de servicios”
para sus colegiados.
Y precisamente, éste es el actual doble reto al que se
enfrentan los Colegios en todas las profesiones. Es decir, sin
olvidar su característica de “Administración
Corporativa”, los Colegios tienen la obligación de
“ayudar” a sus colegiados a alcanzar sus expectativas
profesionales, e incluso me atrevería a decir que sociales
y personales. Es decir, deben conseguir el mayor número
de prestaciones y servicios para sus colegiados.
Pero para lograrlo es también importante que, en este
caso, los higienistas, con un decidido espíritu corporativista,
se incorporen a sus Colegios, ya estén ejerciendo la profesión
de modo continuo, o de forma esporádica e incluso, aún
no ejerciéndola, si reúnen la titulación
o habilitación necesaria, incorporándose como “no
ejercientes”.
Y en este punto si quiero hacer una reflexión dirigida
a aquellos higienistas que ejerciendo la profesión (de
forma plena u ocasionalmente) se “conforman” con incorporarse
a sus Colegios en calidad de “no ejercientes” con
el único fin de ahorrarse algún euro al mes.
Esta picaresca favorece un clima de rabia y desánimo para
el resto de compañeros que no comparten esas conductas
y que, por el contrario, sí creen en el esfuerzo colectivo
de todos los profesionales. Además ese tipo de situaciones
son realmente peligrosas para sus protagonistas, por cuanto en
el caso de hipotéticas situaciones de responsabilidad profesional,
de expediciones de certificaciones de actividad, o de acceso a
prestaciones colegiales, no podrán acceder a las mismas
por cuanto su situación colegial y cotización no
ampararía dichos riesgos. ( ¡cuantos lamentos pudimos
oír durante el proceso de las habilitaciones, por parte
de aquellos que no pudieron probar determinadas situaciones de
actividad profesional; o en la actualidad, cuando las empresas
o la Administración solicitan conocer los antecedentes
de ejercicio en aquellos que aspiran a una plaza...!).
Al margen de “trucos” o “picarescas”.
tomemos conciencia de que la fuerza de una profesión
se mide por la fuerza de sus Colegios, y éstos dependen
exclusivamente de aquella que le doten sus colegiados en forma
de trabajo, dedicación y recursos.
Creo sinceramente que formamos parte de una de las profesiones
con mayor proyección y posibilidades del panorama actual.
¡Construyamos con la ayuda de todos los higienistas algo
de lo que sentirnos orgullosos!.