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COVID-19. Pruebas diagnósticas.

El diagnóstico de la enfermedad COVID-19, provocada por el virus de SARS-CoV-2, es realizado en base a la sintomatología del paciente (tos, disnea, febrícula, diarrea, anosmia…….) y la realización de distintas pruebas analíticas, que principalmente, en la actualidad, son dos: PCR (Reacción en Cadena de Polimerasa) y test serológicos para la detección de anticuerpos en sangre.

                

Cuando se realiza un test diagnóstico se busca determinar la presencia o ausencia de una patología. Es importante tener claro los conceptos de especificidad y sensibilidad de las pruebas diagnósticas para comprender la importancia de las mismas y los resultados que nos ofrecen.

Especificidad informa de la capacidad para detectar los sujetos que no padecen la enfermedad, es decir, la capacidad para detectar a los sanos. Si una prueba tiene el 100% de especificidad es porque todos los sanos son detectados con esa prueba, por lo que cuanto más alto sea él % de especificidad de una prueba diagnóstica más validez tiene. Cuanto más específica es una prueba diagnóstica menor es la probabilidad de obtener un falso positivo. La especificidad caracteriza la capacidad de la prueba para detectar la ausencia de la enfermedad en sujetos sanos.

Sensibilidad es la capacidad del test para detectar la enfermedad. Cuanto más sensible es una prueba diagnóstica, menor es la probabilidad de obtener falsos negativos. La sensibilidad es la capacidad de la prueba diagnóstica para detectar la enfermedad en sujetos enfermos.

La PCR, permite detectar el ARN (ácido ribonucleico) del virus, es una prueba de alta sensibilidad y especificidad; pero que no está exenta de dificultades ya que puede dar falsos negativos si se realiza en fases tempranas de la enfermedad.

La interpretación de la PCR se debe hacer con prudencia dentro del contexto clínico (sobre todo, cuando esta es negativa).

Falsos negativos: Pueden aparecer falsos negativos en las siguientes circunstancias:

  • Toma inadecuada de la muestra (frotis nasofaríngeo).
  • No colaboración del paciente en la toma de muestra.
  • Retraso en el transporte.
  • Error pre-analítico en el etiquetado de la muestra a lo largo del proceso.
  • Poca eliminación de virus por el paciente por el estadio del proceso (si se realiza en fases tempranas de la enfermedad la carga viral es baja, por ejemplo, en pacientes asintomáticos o antes de las 72 horas de inicio de los síntomas).

 

Test serológico, se basa en la detección indirecta del virus, a través de la medida específica de los anticuerpos generados por el propio organismo de la persona infectada, es decir, cuando recibimos el ataque o exposición a un agente infeccioso (como puede ser el SARS-CoV2) el sistema inmune responde con la producción de anticuerpos, para el caso del SARS-CoV2 aún está por determinar la duración inmune frente a posteriores reinfecciones.

En la fase precoz de la enfermedad, durante los primeros 5-6 días de iniciarse la sintomatología la respuesta inmunitaria es escasa, y es en este periodo cuando se detectan anticuerpos IgM (durante el proceso de infección aguda), los anticuerpos IgG se detectan con un tiempo medio de 11 días (10-18 días).

 

 

Diferentes tipos:

  • Enzimoinmunoanálisis de adsorción ELISA (la sangre se extrae de la vena y es una prueba de laboratorio). Tiene mayor especificidad y sensibilidad. Cuantitativa.
  • Test serológicos (kits rápidos de detección de anticuerpos). La muestra de sangre de obtiene por punción con lanceta en el pulpejo del dedo. Tiene menor especificidad y sensibilidad. Cualitativa.

Como desventaja a los test serológicos decir que el sistema inmunológico requiere un tiempo para activarse y generar los anticuerpos.

Interpretación de pruebas diagnosticas incluyendo PCR:

Las principales aplicaciones de la detección de anticuerpos durante la COVID-19 serían (según la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica):

  • Pacientes que acudan a urgencias o ingresen con más de cinco días desde del inicio de los síntomas.
  • En casos con PCR repetidamente negativa en los que se hayan iniciado claramente los síntomas varios días antes. Es decir, para confirmar la infección cuando exista una sospecha de un falso negativo de la PCR.
  • Detección de anticuerpos en personal sanitario en activo, que ayudarían a identificar a aquellos que ya están inmunes (presencia de IgGs) y puedan volver al trabajo para atender a pacientes infectados minimizando el riesgo de propagación del virus a colegas y otros pacientes.
  • Para comprender la epidemiología de la COVID-19, permitiendo también saber el papel que podrían haber tenido las infecciones asintomáticas.
  • Definir exposición previa e identificar donantes humanos altamente reactivos para la generación de suero hiperinmune como aproximación terapéutica.
  • Para trabajos de investigación (como posibles ensayos clínicos con plasma de pacientes inmmunizados).
  • Para evaluación de la vacuna.

 

 

Bibliografía

 

Leonor Martin-Pero Muñoz (Comisión de Prevención y Salud Oral del Colegio Profesional de Higienistas dentales de Madrid).

Higienista Dental

Col.280130

 

4 comentarios


  1. // Responder

    La PCR es una de las pruebas más recomendadas por los médicos para detectar la infección por SARS–CoV-2

    Y sin embargo, como bien han subrayado, ha veces hay falsos negativos

    Así que a seguir siendo precavidos!

    Saludos desde Caracas


    1. // Responder

      Gracias por tu comentario. Saludos desde España.


  2. // Responder

    ¿Que tanto por ciento de falsos negativos es exactamente “ha veces”?


    1. // Responder

      Según los expertos hasta el 30-40 por ciento de infectados (por la técnica, momento de la prueba, baja carga viral, etc.), pero aun así es necesaria.

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