Hoy en día, la diabetes es una de las patologías más conocidas en la sociedad.
Todos sabemos a qué hace referencia, pero debemos tener en cuenta que existen varios tipos de diabetes.
Diabetes tipo 1
Resulta de una falta de producción de insulina, ya que el propio sistema inmunitario del paciente destruye las células beta del páncreas.
Se caracteriza porque tiene mayor incidencia entre jóvenes y niños, pero también se puede dar en adultos.
Diabetes tipo 2
En este tipo de diabetes, la capacidad de producir insulina no desaparece, pero el organismo genera una resistencia a esta hormona. No la produce en cantidad adecuada, o no es capaz de responder a sus efectos, lo que provoca la acumulación de glucosa en sangre.
Es más frecuente en personas mayores de 40 años, aunque está aumentando su incidencia en adolescentes y preadolescentes con obesidad.
Diabetes gestacional
Puede ocurrir que, durante el embarazo, los cambios hormonales propios de este estado causen diabetes por un bloqueo de la función de la insulina.
Aunque normalmente desaparece tras dar a la luz, constituye un factor de riesgo para desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro.
Muchas veces, enfrentarse a algo nuevo puede paralizarnos. Es necesario que tanto el joven, como el adulto, se responsabilice del control de su enfermedad, transmitiendo la importancia de ser metódico en los cuidados y horarios.
La frustración es una respuesta natural ante tales situaciones, pero es importante hacerla frente y salir de ella. Aceptar tu situación actual es lo primero, así como tener claro a dónde quieres llegar.
Llevar a cabo una alimentación adecuada y realizar actividad física son los dos pilares básicos que previenen y controlan la enfermedad.
El ejercicio físico ayuda a las células a usar la insulina de manera eficiente, lo que facilita el control de la glucemia, y reduce la probabilidad de aparición de patologías cardiovasculares. No obstante, para prevenir riesgos, es recomendable verificar los niveles de glucemia antes y después del ejercicio.
Ante la situación de diabetes, se ha de tener en cuenta los siguientes parámetros, pues serán tus objetivos a cumplir día a día:
- Control glucémico:
- Hemoglobina glicosilada: < 7%
- Glucemia en ayunas: 90-130 mg/dL
- Glucemia postprandial (2 horas después de comer): < 180 mg/dL
Prevenir las complicaciones de la diabetes
- Control glucémico: verificar los niveles de glucosa en sangre de manera frecuente con la ayuda de un glucómetro o sensor. Anotar cada una de esas cifras es importante de cara a futuras revisiones médicas.
- Control de la presión arterial: menos de 140/90 mmHg.
- Evitar el alcohol (o moderar su consumo): el alcohol puede interferir en la manera en la que su cuerpo utiliza la glucosa, dando lugar a una hipoglucemia.
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Mantener la salud oral: para prevenir la aparición de infecciones que se puedan producir en la boca por unos malos hábitos de cuidado.
- Medir los niveles de colesterol y triglicéridos: han de estar entre los siguientes valores:
- Colesterol LDL: <100 mg/dL
- Colesterol HDL: Hombres (>40 mg/dL) Mujeres (>50 mg/dL)
- Triglicéridos: <150 mg/dL
- Revisar sus pies: los diabéticos presentan una disminución de la sensibilidad en esta zona. Pueden aparecer heridas que no sean perceptibles para ellos. Entonces, si estas se infectan pueden dar lugar a complicaciones mucho más graves.
Aumentar la educación
Tener un alto nivel de conocimiento respecto a la diabetes, hará que tomemos mejores decisiones acerca de ella, tanto quien la padece, como las personas que le rodean.
Entender cómo cuidar de sí mismo es fundamental, pues se desarrollarán las destrezas necesarias para saber cuál es la alimentación más adecuada y cómo se ha de ser activo controlando los niveles de glucemia.
Cada uno será capaz de atender sus necesidades, resolver problemas y situaciones adversas que se puedan dar, y de sobrellevar los efectos emocionales de la diabetes.
Eres tú tu propio cuidador.
Marina Pericet Carballido
Dietista
Estudiante de Nutrición Humana y Dietética