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Hábitos que hay que prevenir para no tener maloclusiones

Cuando a un niño se le empiezan a torcer los dientes y empieza tener problemas de espacio puede deberse por diversos factores, ya sean genéticos, ambientales o de hábitos…

Es en los hábitos donde vamos a centrarnos para prevenir este problema ya que es uno de los factores donde podemos trabajar, esto se debe a que en la cara y en la boca tenemos muchos músculos que diariamente ejercen unas fuerzas y realizan un trabajo que determina e influye en la colocación de los dientes:

  • Respirar por la nariz y no por la boca:

Debemos conseguir que el niño respire por la nariz para que el aire al entrar por las fosas nasales estimule el crecimiento del maxilar superior, de otra manera si respiramos por la boca , el maxilar no se desarrollara plenamente y lo que ocurrirá es que el niño para poder facilitar la entrada de aire tendrá la lengua abajo, reposando en el suelo de la boca y esto tendrá como consecuencia que la lengua no estimule el paladar para que crezca y que la postura que el niño tendrá que adoptar para respirar por la boca será un postura inclinada hacia delante lo que además causara otros problemas de tensiones y dolores musculares en el cuerpo y  propiciara un clase II.

Para saber si respira por la boca podemos fijarnos en si en posición de reposo o mientras juega, lee, ve la televisión, etc.…el niño tiene la boca abierta o entre abierta y no tiene un buen sellado labial.

  • Lengua posicionada en paladar y corregir la deglución atípica:

Para saber si un niño traga con la lengua mal posicionada o tiene aún una deglución atípica podemos fijarnos en si cuando traga saliva mueve los labios o ejerce fuerza con el mentón, en una deglución correcta los músculos de la cara no tienen tensión ni se mueven.

El tener la lengua mal posicionada hace que no se estimule el crecimiento del paladar dando a maxilares estrechos en los que los dientes no tendrán sitio suficiente para erupcionar.

  • Evitar el uso del chupete o del dedo:

Esto afecta a la posición que tendrán los dientes puesto que ejercemos unas fuerzas muy grandes al hacer ese tipo de succión.

 

  • Evitar darles siempre a los niños alimentos blandos:

La dentadura necesita para crecer estímulos y con los alimentos de una dureza mayor se trabaja más la musculatura para propiciar el crecimiento mandibular.

 

Estos hábitos pueden llegar a corregirse si desde pequeños localizamos estos problemas miofuncionales y acudimos a los profesionales dentales, actualmente existen diferentes tipos de aparatos que ayudan a reeducar las funciones y guiar de la manera más correcta el crecimiento de la boca.

 

Fuente:

-Demosofía nuestros dientes, una puerta a la salud. Del equilibrio bucal a la salud global. Michael Montaud.

Susana Cano. Responsable de la Comisión de trabajo de Terapias Alternativas en Ortodoncia.

Higienista dental.

Col. 281032

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